El invierno puede representar un reto importante para las lonas, mallas sombra, carpas y estructuras temporales. La combinación de bajas temperaturas, humedad, vientos fuertes y cambios bruscos de clima puede provocar desgaste prematuro si no se toman las medidas adecuadas.
En este artículo te compartimos una guía práctica para proteger tus instalaciones durante esta temporada y garantizar su máxima durabilidad.
¿Cómo afecta el invierno a las lonas y estructuras?
Aunque las lonas industriales están diseñadas para resistir condiciones exigentes, el clima invernal puede generar efectos como:
Rigidez de materiales por bajas temperaturas.
Mayor fragilidad en puntos de tensión.
Acumulación de humedad, que favorece hongos y malos olores.
Daños por ráfagas de viento, especialmente en instalaciones provisionales.
Contracción y dilatación que afecta costuras o tensiones.
Proteger tus lonas y estructuras no solo evita daños: también reduce costos de mantenimiento y alarga su vida útil.
Refuerza la instalación para evitar desgarres
El viento frío de invierno puede ejercer tracción extra sobre la lona. Para minimizar riesgos:
Verifica que la lona esté bien tensada, sin puntos flojos.
Refuerza costuras y ojillos con tensores adicionales.
Asegura las estructuras con anclajes adecuados al tipo de terreno.
Evita que queden zonas que actúen como “bolsa de aire”.
Si utilizas carpas grandes o estructuras industriales, revisa que todos los postes estén nivelados y firmes.
Usa aislantes térmicos cuando sea necesario
Si la lona estará expuesta a temperaturas muy bajas, el uso de aislantes térmicos—como los que Versaflex incorpora en cubiertas especiales—ayuda a:
Reducir cambios bruscos en la lona.
Proteger mercancías sensibles.
Mantener una mejor temperatura interna.
Evitar condensación.
Este tipo de soluciones son ideales para almacenes móviles, econobodegas, multialmacén, o áreas donde se resguarda equipo.
Mantén la lona limpia y libre de humedad
La humedad constante puede generar hongos, manchas y malos olores. Para evitarlo:
Limpia con agua y jabón neutro antes de los días más fríos.
No utilices químicos abrasivos.
Permite un secado completo antes de guardarla o cubrirla.
Evita la acumulación de agua o nieve en zonas superiores.
Una lona limpia es siempre más resistente.
Revisa periódicamente puntos vulnerables
Haz inspecciones rápidas cada 4 o 5 semanas para detectar:
Costuras debilitadas.
Tensores flojos.
Ojillos desgastados.
Golpes en la estructura.
Acumulación de humedad o suciedad.
Un ajuste pequeño a tiempo evita reparaciones costosas después.
Almacenamiento seguro en invierno
Si la lona no se va a usar:
Límpiala antes de guardarla.
Deja que se seque por completo.
Enróllala en vez de doblarla para evitar líneas de tensión.
Guárdala en un espacio sin humedad.
Conclusión
Con un mantenimiento adecuado y algunos ajustes clave, tus lonas, mallas y estructuras Versaflex podrán resistir sin problema los retos del invierno. La protección correcta evita daños, reduce costos y asegura un mejor desempeño durante todo el año.